Tras bajarnos del cada vez mas acostumbrado viaje en tren de 4 horas, llegamos a la estacion central de Praga. Poco tardamos en darnos cuenta que habiamos llegado a un pais del que desconociamos tanto la lengua como la moneda, (no habiamos caido en eso! XD). Nuestra primera impresion fue la de haber retrocedido en el tiempo, los edificios y calles eran de similar intencion que los vistos horas atras en Viena, pero sobre estos el tiempo habia sido mucho mas cruel. Tras una breve caminata llegamos a nuestro albergue, en el que, cosas del destino, nos encontramos con otras dos brasileiras como companeras de habitacion.
Como ya era tarde y solo disponiamos de una camara con flash, salimos a la aventura de la noche en Praga con nuestras nuevas amigas. Sirviendonos del tranvia "gratis" recorrimos parte la ciudad hasta llegar a una zona de marcha, en la que encontramos varios pubs recomendados por unos espanoles que nos encontramos en la estacion, el bar coyote, varios Irish pubs y finalmente el tan buscado "Karlova", una macrodiscoteca de varias plantas y salas en las que segun subieras o bajaras cambiabas de estilo. Aunque si hay que hablar de estilo, tendriamos que mencionar al propio de Andres y su baile de la pajita...(horas y horas, con la canita de un lado para otro).
Con pocas horas de sueno encima, nos dispusimos a recorrer la ciudad de Praga a buen ritmo. Vimos el Castillo - Fortaleza, un tanto decepcionante despues de las majestuosas construcciones que habiamos visto en Fussen; el puente de Carlos, el Auditorio y el famoso reloj y su baile apostolico cada hora.
Mas pronto que tarde llegamos a la estacion dispuestos a afrontar una dura prueba, el tren Praga-Amsterdan. Mas de 16 horas de trayecto nocturno, en un coche cama de apenas cuatro metros cuadrados.
PD: Juan ha perdido unos pantalones vaqueros, Andres ha descubierto que no se puede subir a cualquier tranvia, Jose necesita cortarse las unas urgentemente, y Angel esta encantado con las peliculas y el bajo precio de Praga.
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